Sobre El Plan ABC
A continuación se presentan algunos de los aspectos generales del Plan ABC:
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Anular factores proinflamatorios
A continuación se mencionan algunos de los factores de estilo de vida que contribuyen a aumentar la inflamación aguda y de bajo grado en el organismo:
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Dieta proinflamatoria: El consumo de alimentos ultraprocesados (productos de panadería industrial, comidas rápidas, alimentos fritos, bebidas azucaradas y botanas), ricos en azúcares simples, ácidos grasos saturados y trans, ha demostrado que contribuye en el aumento de biomarcadores proinflamatorios.
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Abuso de alcohol: El consumo excesivo y crónico de alcohol induce estrés oxidativo y daño hepático, lo cual resulta en un estado proinflamatorio.
Tabaquismo: La inhalación crónica de humo de tabaco induce estrés oxidativo e inflamación en las vías respiratorias y en otros tejidos corporales, además de incrementar el riesgo de patologías severas como enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Estrés crónico: El estrés persistente eleva la secreción de cortisol y otras hormonas relacionadas con la respuesta al estrés, lo cual puede favorecer un estado proinflamatorio crónico.
Privación del sueño: La privación de sueño altera la homeostasis de las citoquinas inflamatorias y puede incrementar la secreción de cortisol, lo que resulta en un estado proinflamatorio.
Sedentarismo: La falta de actividad física regular se ha correlacionado con un aumento en los niveles de marcadores proinflamatorios. En contraste, el ejercicio regular parece tener un efecto antiinflamatorio.
Sobrepeso u obesidad: La obesidad, particularmente la obesidad visceral, se asocia con la producción elevada de citoquinas proinflamatorias por el tejido adiposo, resultando en inflamación sistémica.
Exposición a tóxicos ambientales: La exposición a ciertos productos químicos y contaminantes ambientales puede inducir estrés oxidativo e inflamación.
Es relevante destacar que la respuesta individual a estos factores puede variar en función de factores genéticos, epigenéticos y del entorno. Sin embargo, la adopción de un estilo de vida saludable suele estar asociada con una reducción de la inflamación sistémica y un mejor estado de salud general.
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Brindar recomendaciones antiinflamatorias
Existen varias estrategias nutricionales y nutraceúticos que pueden tener efectos desinflamatorios:
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Dieta antiinflamatoria: Rica en alimentos antiinflamatorios como frutas y verduras frescas, nueces, semillas, legumbres, pescado, aceite de oliva y granos integrales. Esta dieta ha mostrado reducir marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva.
Dieta rica en ácidos grasos omega-3: Los ácidos grasos omega-3, particularmente el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), que se encuentran en altas cantidades en los pescados grasos y en algunas semillas y nueces, han demostrado tener propiedades antiinflamatorias. Estos ácidos grasos modulan la inflamación a través de la producción de eicosanoides resolventes de la inflamación, las denominadas resolvinas, protectinas y maresinas.
Antioxidantes y fitoquímicos: Los antioxidantes y los fitoquímicos presentes en frutas y verduras, como las vitaminas C y E, el selenio, los carotenoides y los polifenoles, pueden reducir la inflamación neutralizando los radicales libres y reduciendo el estrés oxidativo.
Dieta baja en grasas saturadas y azúcares refinados: Las grasas saturadas y los azúcares refinados pueden promover la inflamación en el cuerpo. Una dieta baja en estos alimentos puede ayudar a reducir la inflamación.
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Aceite de oliva: El aceite de oliva, particularmente el aceite de oliva extra virgen, es una fuente importante de grasa monoinsaturada y contiene varios compuestos bioactivos, incluyendo polifenoles y ácidos grasos omega-3. Estos compuestos han demostrado tener propiedades antiinflamatorias. El componente principal del aceite de oliva, el ácido oleico, ha mostrado tener efectos beneficiosos en la inflamación y en la salud cardiovascular. Además, un compuesto fenólico específico presente en el aceite de oliva, llamado oleocantal, ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias similares a las del ibuprofeno, un medicamento antiinflamatorio no esteroideo.
Dieta rica en fibra: Una dieta rica en fibra puede promover la salud del intestino y reducir la inflamación. La fibra alimentaria puede influir en la composición de la microbiota intestinal, que a su vez puede afectar a la inflamación y la función inmunológica.
Consumo moderado de alcohol: El consumo moderado de alcohol, particularmente el vino tinto que es rico en polifenoles, puede tener efectos antiinflamatorios.
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Es importante señalar que estas estrategias deben ser adaptadas a las necesidades individuales y pueden no ser apropiadas para todas las personas.
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Nutraceúticos: Algunos suplementos dietéticos (nutraceúticos) pueden ser beneficiosos para las personas con enfermedades reumáticas y autoinmunes. Algunos ejemplos son:
Omega-3
ultrapuro
Vitaminas
liposolubles
Minerales
aminoquelados
Curcuma fitosomada
Probióticos multicepa
Antioxidantes enzimáticos
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Consolidar el daño causado por la enfermedad
Las células mesenquimales derivadas del cordón umbilical (UC-MSC por sus siglas en inglés) son un tipo de célula madre que tienen propiedades inmunomoduladoras y antiinflamatorias, lo que las hace particularmente útiles en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y reumáticas.
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Las células UC-MSC pueden ayudar de varias formas:
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Modulación del sistema inmunológico: Las células UC-MSC interactuan con diferentes células del sistema inmunológico, como los linfocitos T y B, las células dendríticas y las células asesinas naturales. Pueden inhibir la proliferación de células T y B, suprimir la maduración de las células dendríticas y regular la función de las células asesinas naturales, reduciendo así la actividad inmunológica excesiva.
Producción de factores antiinflamatorios: Las células UC-MSC producen una variedad de factores que pueden reducir la inflamación y promover la reparación de tejidos dañados, incluyendo citocinas antiinflamatorias y factores de crecimiento.
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Reparación y regeneración de tejidos: Gracias a su capacidad para diferenciarse en varios tipos de células, las células UC-MSC pueden contribuir a la reparación y regeneración de tejidos dañados en enfermedades reumáticas.